Smirnoff presenta una increíble y muy creativa botella para la variante Caipiroska, su vodka sabor frutal. La cubierta de la botella, que ocupa más del 90% de la superficie de la misma, simula la textura de la fruta que saboriza la bebida y se «pela» como si de ese fruto se tratara. Con este movimiento, Smirnoff nos comprueba que el packaging en sí puede servir como un vehículo de marketing igual de poderoso que cualquier otro tipo de publicidad.
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