Encender el horno ahora con estos calores no apetece nada, vamos sólo de pensarlo se me pone el pelo de punta y empiezo a sudar por todos los poros de mi piel. Sin embargo, como a nadie le amarga un dulce, y si hay chocolate de por medio menos, aquí os dejo una receta de un postre al que no le hace falta horno, se puede tomar fresquito y está divino de la muerte.
La receta la vi en el blog de SandeeA de La receta de la Felicidad y es que como hace esas presentaciones, con esas fotos, me enamoré al instante y probé a hacerlo. Ya os digo de antemano, que más fácil no puede ser.
Base
300 gr. de galletas Oreo
100 gr. de mantequilla fundida
Crema
200 ml. de nata para montar (35%MG)
200 gr. de chocolate negro troceado
50 gr. de mantequilla
Para decorar:
Galletas Oreo
Chips de chocolate para echar por encima ( yo no los utilicé)
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Cómo se hace?
Trituramos las galletas hasta que se hagan migas, tienes dos opciones: una, triturarlas con la crema para que se quede con textura bizcocho, o bien, sin la crema (como hice yo) para que el resultado sea más crujiente.
Derretimos la mantequilla en el microondas y mezclamos con las galletas hasta formar una pasta que distribuiremos por un molde rectangular de unos 20 cm.
En La receta de la Felicidad hablan de utilizar moldes que se puedan desmoldar, yo no dispongo de ese tipo, en formato rectangular, así que utilicé un molde de los de toda la vida para hacer bizcochos alargados y lo forré con papel Albal (de ahí, que la textura con la que ha quedado la galleta al desmoldar la tarta tenga como rayitas, como podéis comprobar en las fotos).
Una vez distribuida la galleta por todo el molde, lo metemos en el congelador hasta que terminemos de preparar la crema de chocolate.
Calentamos la nata, cuando hierva retiramos el cazo del fuego y agregamos el chocolate y la mantequilla hasta conseguir una crema homogénea y brillante.
Vertemos la crema en la base que habíamos preparado y decoramos con galletas Oreo por encima. Volvemos a meter en la nevera durante un par de horas antes de que se vaya a servir, y luego es desmoldar con cuidado, cortar, servir y comer sin parar.
Esta tarta se preparó para la celebración de un cumpleaños de una preadolescente, aquí podéis ver más fotos.
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