650 gr. de harina de trigo ( sin levadura )

250 gr. de azúcar glacé

1 huevo

250 gr. mantequilla a temperatura ambiente

1 cucharadita de esencia de vainilla

100 gr. de moras

Como decía antes, la base de estas galletas es mantequilla, huevo, harina y azúcar, a partir de ahí puedes añadir la esencia que quieras, por ejemplo de limón y luego le añades la ralladura de un limón, o naranja, o bien trocitos de chocolate, frutos secos, frutos rojos, fruta deshidratada en trozos... lo que más os apetezca.

Cómo prepararlo:

Mezclamos en un bol la mantequilla con el azúcar glacé y batimos con la pala a velocidad baja hasta que estén los dos ingredientes perfectamente integrados, la textura que tiene que quedar es tipo pomada. La mantequilla, al igual que el huevo, tienen que estar a temperatura ambiente. Se incorpora el huevo y se vuelve a batir a velocidad baja hasta mezclarse bien todos los ingredientes. Añadimos la esencia. Tamizamos la harina e incorporamos poco a poco al bol, mezclamos un poco y añadimos el resto de los ingredientes que hayamos elegido: fruta, frutos secos, chocolate, etc...

Os habréis fijado que esta receta no lleva levadura, es que no queremos que las galletas se inflen, queremos que mantengan la forma una vez se horneen, por eso mezclamos bien todos los ingredientes a velocidad baja para procurar que no cojan mucho aire. Si batimos rápido, a la hora de hornear, comprobareis que las galletas empiezan a perder su forma inicial y se desparraman.

Si al mezclar veis que la masa se os pega a los dedos, añadir un poco más de harina tamizada. Una vez tenemos la masa lista, la colocamos sobre un papel de hornear y encima colocamos otro papel para que al estirar, no se pegue al rodillo. Estiramos la masa hasta conseguir que tenga 5mm de espesor, más o menos. Metemos en la nevera unas 2 horas.

Precalentamos el horno a 180º. Sacamos la masa ya estirada de la nevera y con el cortador que queráis, vais cortando las galletas y colocándolas en una bandeja de hornear. Horneamos unos 15 minutos a 180º. Cuidado que no se quemen.

Una vez hornadas las sacamos y dejamos reposar en la misma bandeja durante 5 minutos, pasado ese tiempo las colocamos en una rejilla hasta que se enfríen y listas para comer.

Con el resto de moras que tenía también preparé una tarta de queso y galletas como la que veis en la foto. Si queréis la receta pinchar aquí.

O bien preparar unos corazones de zarzamoras como éstos que para sacar en reuniones familiares, cumpleaños o para acompañar un té o café son riquísimos.